¿Qué es el bullying?

El bullying es el maltrato físico y/o psicológico deliberado y continuado que recibe un niño por parte de otro u otros.

 

El bullying implica una repetición continuada de las burlas o las agresiones y puede provocar la exclusión social de la víctima.

 

• Físico: empujones, patadas, agresiones con objetos, etc. Se da con más frecuencia en primaria que en secundaria.
• Verbal: insultos y motes, menosprecios en público, resaltar defectos físicos, etc. Es el más habitual.
• Psicológico: minan la autoestima del individuo y fomentan su sensación de temor.
• Social: pretende aislar al joven del resto del grupo y compañeros.

 

 

La importancia del bullying

En las víctimas, el bullying produce tensión, ansiedad y miedo. A corto plazo, y junto al temor de ir a la escuela se producen problemas de absentismo, dificultades de concentración, alteraciones psicosomáticas, problemas del sueño, pérdida progresiva de la autoestima o de la confianza en sí mismo, ansiedad, dificultades de adaptación social y rendimiento académico y en algunos casos muy extremos, intentos de suicidio. 

El bullying puede ser la forma más prevalente/común de violencia en las escuelas y la que afecta a mayor número de estudiantes. Los datos indican que las manifestaciones de maltrato más frecuentes son las de agresión verbal. El número de alumnos que de forma frecuente es objeto de actitudes y conductas de abuso de poder por parte de sus compañeros de clase oscila entre un 3% y un 8% al día. Estas conductas se producen de forma intencional continua y progresiva; se van reforzando en los diferentes contextos y espacios y, a medida que el proceso se va consolidando, aumentan su frecuencia y también la amplitud de lugares en los que se producen.

 

 

La relación del Bullying con la empatía

La empatía implica la capacidad de compartir emociones con otras personas, y de comprender al otro como diferente. Los estudios confirman que existe una relación negativa entre empatía y acoso escolar, es decir, cuanto menor es la empatía del sujeto mayor puntúan en acoso y viceversa. Esto significa que es más probable que las personas con menos empatía participen en situaciones de acoso escolar, en la posición de agresor, frente a las personas con más empatía, que tienen menos posibilidades de participar en estas situaciones de acoso escolar, de agresión a compañeros/as. A modo de conclusión, está claro que reconocer la situación en que se encuentra la otra persona y darse cuenta de sus sentimientos, emociones y pensamientos facilita que se le comprenda y hace que se actúe afectivamente en las conductas de ayuda o apoyo emocional.

 

 

¿En qué consistía nuestro taller?

El bullying aparece cada vez más a menudo en las escuelas, lo que significa que es un problema que está muy presente en el ámbito escolar hoy en día con una gran importancia. Por lo tanto, y debido a la relación que tiene el bullying con la empatía, hemos considerado conveniente realizar un taller en el que el principal propósito es aprender para tener en cuenta la importancia de nuestros actos y cómo éstos repercuten sobre los demás. 

 

El desarrollo del taller consistió en visualizar determinadas escenas de una serie en auge, que trata la temática del bullying desde una perspectiva adolescente. En primer lugar, se visionaron escenas que en primera instancia no tienen ningún tipo de importancia, abriendo un debate entre los menores analizando las conductas de los personajes, los sentimientos y emociones que estaban sintiendo, tratando de ponerse en el lugar de estos. Más tarde se visionaron escenas que son una consecuencia negativa de las vistas anteriormente, y se volvió a abrir un debate exponiendo lo que había ocurrido, las causas del acontecimiento, exponiéndolo de forma asertiva, e imaginándose la situación como si les estuviera ocurriendo a ellos. 

 

Los menores se pusieron en el lugar de los implicados en el suceso, diciendo cómo se sentirían ellos, reflexionando sobre qué creen que habrían hecho en esa situación, y qué creen que es lo mejor que se puede hacer. Durante el transcurso del taller, en las dos primeras escenas les costó entender qué tenían que hacer, sin embargo, enseguida les surgió interés por lo que le ocurría a la protagonista, y se implicaron adecuadamente. Tras cada escena que les enseñaba contaban lo que había ocurrido en la misma, y cómo se sentían los personajes. Su interés incrementó de forma proporcional cuando empezaron a ver las consecuencias negativas que tenían las acciones visualizadas anteriormente. 

 

Se implicaron totalmente en la actividad, empatizando con la protagonista, proponiendo diversas opciones tras el acontecimiento ocurrido, sugiriendo diferentes alternativas ante el acontecimiento. Al final del taller se les comentó que todo lo que habían visto son acontecimientos que suelen ocurrir con más frecuencia de lo que nos imaginamos, y es algo que le puede pasar a cualquiera, por lo que se debe tener en cuenta, y saber tanto ofrecer como pedir ayuda cuando se requiera.

 

 

Consejos para combatir el bullying

La mayoría de las personas que sufren bullying no piden ayuda por miedo a ser victimizados. A continuación, se muestran ciertos aspectos que pueden ser indicios de que un menor está siendo víctima del acoso escolar, y se les debe prestar atención.

 

• Cambios en el comportamiento del menor. Cambios de humor.
• Tristeza, llantos o irritabilidad.
• Pesadillas, cambios en el sueño y/o apetito.
• Dolores somáticos, dolores de cabeza, de estómago, vómitos, …
• Pierde o se deterioran de forma frecuente sus pertenencias escolares o personales, como gafas, mochilas, etc.
• Aparece con golpes, hematomas o rasguños y dice que se ha caído.
• No quiere salir ni se relaciona con sus compañeros.
• No acude a excursiones, visitas, etc. del colegio.
• Quiere ir acompañado a la entrada y la salida.
• Se niega o protesta a la hora de ir al colegio.

 

Para poder prevenir que un adolescente sufra bullying, es conveniente seguir unas pautas básicas:

• Uno de los objetivos de la disciplina es enseñar a respetar ciertos límites. Es necesario que las normas sean claras y coherentes y ayuda el que hayan sido elaboradas por todos los miembros de la comunidad escolar.
• La impunidad ante la violencia genera más violencia.
• La sanción debe contribuir a diferenciar entre agresores y víctimas.
• La disciplina debe favorecer cambios cognitivos, emocionales y conductuales en la dirección de los objetivos educativos y estimular la capacidad de adopción de perspectivas.
• El respeto a los límites mejora cuando se aprenden habilidades no violentas de resolución de conflictos como la mediación y la negociación.
• Es preciso que la disciplina ayude a luchar contra la exclusión en lugar de aumentar su riesgo.
• Conviene incluir la disciplina en un contexto de democracia participativa, que todos participen en la creación de las normas.

 

En el Centro Residencial La Fuente no hay lugar para el Bullying

Desde el Centro se favorece un ambiente basado en el respeto y aceptación de todas las personas, empezando por los compañeros. Se evita a toda costa que algún menor pueda tener algún sentimiento de exclusión, humillación, menosprecio o agresión; en el caso de que estas conductas aparezcan, son sancionadas y corregidas inmediatamente, y posteriormente se procede a realizar una reflexión sobre lo ocurrido. 

 

Mediante la realización de actividades o talleres como el que se presenta, en el Centro se ayuda a trabajar y desarrollar día a día las habilidades sociales basadas en la asertividad, empatía, el respeto, o la escucha activa. Las cuales, como se ha comentado anteriormente, ayudan a prevenir actuaciones relativas al acoso escolar, e incluso pueden ser útiles para ayudar a otra persona que esté siendo víctima de bullying. Otro aspecto muy importante es la ausencia del uso de la violencia ante una situación determinada, a lo que se presta mucha atención, y se previene y corrige de forma inmediata en caso de que aparezca. En el Centro se favorece la expresión verbal como solución de ciertos problemas que pueden ocurrirle a una persona.