La depresión en los niños existe.
“La preocupación nos debe conducir a la acción, no a la depresión”.
K.Horney
El estado de ánimo depresivo puede aparecer a cualquier edad. En contra de lo que siempre se ha pensado que es un estado asociado a la etapa adolescente y/o adulta.
Un niño también puede mostrar sentimientos de tristeza, desaliento e irritabilidad que en algunos casos desaparece rápidamente, y en otros puede agravarse y ser más largo, interfiriendo en lo cotidiano del niño, a nivel académico, en las relaciones familiares y sociales.
La incidencia de depresión severa en niños oscila entre el 5-6 % y puede ir asociada al riesgo de suicidio en la adolescencia. Los primeros síntomas pueden aparecer de forma súbita o gradual por poco o largo tiempo y es difícil darse cuenta porque suelen ir acompañados con otros trastornos como la ansiedad y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
Y ¿cuándo podemos decir que estamos ante un niño con depresión?
Generalmente debe presentar más de un síntoma por un largo periodo de tiempo. Los primeros síntomas en los niños más jóvenes e indicador de que algo va mal suelen manifestarse con quejas o molestias físicas, niños muy agitados y ansiosos. En el caso de los adolescentes, éstos suelen mostrar conductas más disruptivas, inquietud, e irritabilidad sin motivo alguno.
Una depresión se clasifica en leve, moderada o grave según su duración.
Un sentimiento de tristeza que podemos sentir en un momento dado de nuestra vida es normalmente corto y los niños, al igual que los adolescentes y adultos, experimentan cambios en su estado anímico, es más, cierta cantidad de tristeza es parte natural de la vida.
Entonces, ¿cuándo hay que preocuparse?
Cuando la depresión es grave, es decir, cuando interfiere en las actividades diarias del niño, por ejemplo, las primeras señales suelen venir del colegio. El niño suele estar irritado en clase y presentar falta de interés o placer en casi todas las actividades que se le propone por un periodo de al menos dos semanas. En preadolescentes y adolescentes más deprimidos, incluso puede llevar a intentos de suicidio, pero esto es poco frecuente en los niños más pequeños.
¿Cómo puede ayudar a su hijo?
- Si su hijo tiene una autoestima baja y tendencia a criticarse a sí mismo, acentué lo positivo en él y también señálele los pensamientos negativos cuando ocurran.
- Cuando se sienta culpable, ayúdelo a distinguir entre los hechos que puede controlar y los que están fuera de su alcance.
- Es importante la estabilidad familiar, es decir crear una rutina familiar y si hay cambios, avíselo con anticipación para reducir posibles preocupaciones en su hijo.
- Pídale que hable de sus sentimientos y que escriba los positivos y los lea varias veces al día.
- Si observa perdida de interés y tristeza, preparad actividades que sepa que le gusten y comentarlas a lo largo del día.
- Prepare sus comidas favoritas para que el momento de la comida sea placentero.
- Es importante mantener un horario de sueño constante, hacer actividades relajantes, escuchar música y terminar el día con una nota positiva.
- Practicar técnicas de relajación (un masaje puede ayudar) y estimular el ejercicio y la recreación.
- Reducir las situaciones que le generen ansiedad e incertidumbre, por ejemplo, planificando las actividades diarias.
- Si presenta episodios de ira y agresividad, pare la conducta agresiva con calma, y con firmeza, no reaccione con más ira.
- Anímelo a que participe en juegos, charlas familiares, hable con sus maestros y psicólogo escolar para promover su aprendizaje entre todos.
Si a pesar de poner en práctica todas estas indicaciones los síntomas persisten y además su hijo presenta pensamientos suicidas, busque ayuda profesional de inmediato, siempre hay que hacer caso a estas verbalizaciones.
Es importante
Tener en cuenta que la depresión en niños y adolescentes genera un deterioro emocional y físico tanto en el niño como en la familia.
Desde el Centro Residencial La Fuente, creemos indispensable involucrar a la familia en el proceso de recuperación además de contar con el apoyo de los profesionales de la salud y del ámbito educativo.
Apostamos por una intervención multidisciplinar que ayudará a un mejor pronóstico y a un tratamiento efectivo.
Si crees que tu hija/o necesita ayuda, contacta con uno de nuestros psicoterapeutas especializados. Podemos ayudarte y siempre hay solución.