“Musa, la máscara apresta, ensaya un aire jovial y goza y ríe en la fiesta de Carnaval”. Rubén Darío (1896). “Prosas profanas y otros poemas”
Arrancamos del almanaque el capítulo de febrero y comenzamos el de marzo con las fiestas de carnaval, un evento tan tradicional como festivo que en “La Fuente” no quisimos pasar desapercibido. Este año la temática escogida para disfrutar de esta festividad estuvo influenciada por las tribus urbanas y todo lo que conllevan, poniendo como telón de fondo el gran concurso final entre equipos.
En los días previos a la fiesta organizada para carnaval, los menores se dividieron en cuatro grupos según la tribu urbana que les hubiera tocado: raperos, flamencos, rockeros y punkis, trabajaron para diseñar y fabricar sus propios disfraces, usando su propia ropa y maquillaje y la de los compañeros, para caracterizarse dependiendo del estilo de vestir que les hubiera tocado o hubieran elegido, ayudándose unos a otros y desarrollando su creatividad, una habilidad que nos gusta mucho trabajar, además del compañerismo.
Una vez hecha la caracterización de los disfraces y cada uno identificado con su grupo, ellos mismos eligieron una canción acorde al estilo de vestir que habían diseñado, para posteriormente interpretarla como verdaderos artistas el día de la fiesta. Y, como no hay grupo musical sin nombre, trabajando en equipo escogieron el nombre de su grupo musical, y lo plasmaron en un cartel para identificarse y presentarse en el concurso. Así, el día de la fiesta estaban todos con sus disfraces y carteles preparados para dar el espectáculo y concursar entre ellos.
El gran evento tuvo lugar por la tarde, y tal como la merecía la ocasión, se preparó una gran chocolatada con monas, que permitieron a nuestros artistas coger las fuerzas necesarias antes de su gran actuación. Una vez ahuyentados todos los nervios con la merienda, se dio comienzo al concurso de bandas de carnaval, con la representación de las piezas musicales ensayadas.
De este modo, salía un grupo a cantar y bailar, y el resto eran espectadores. Tras el paso de todos los grupos por el escenario, se hizo una pequeña votación sincera para valorar cuál había sido el grupo que más había gustado, ya que esa tarde ganamos todos riendo, cantando, bailando y compartiendo un bonito momento que siempre recordaremos.
En el Centro Residencial “La Fuente”, estamos encantados de haber podido lograr los resultados esperados previamente, haciendo que todos nuestros chicos y chicas se involucrasen y participasen en la actividad, creando un clima de compañerismo entre menores, así como con educadores. Gracias a la buena voluntad de todos, se consiguió un ambiente relajado y divertido, permitiéndonos conocer otros estilos musicales a priori menos afines y eliminando ciertos estereotipos impuestos por la sociedad.
De este modo solo podemos decir… “Carnaval, carnaval. Carnaval, ¡te quiero!